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“Un proceso que requería mucha investigación, fue cómo escribir una tesis doctoral”, comentó el actor británico cuando le tocó interpretar al físico.
El 2014 se estrenó la película La teoría del todo, la película que cuenta la vida del famoso físico británico Stephen Hawking. Ambientada en los años sesenta, muestra al entonces estudiante de la Universidad de Cambridge, quien se enamora de su compañera Jane Wilde. A pesar de que le diagnostican una enfermedad devastadora, él y Jane abren nuevos caminos científicos.
Este era sin duda uno de los papeles más complicados de realizar y el actor elegido para la misión fue Eddie Redmayne, que incluso ganó el Oscar a Mejor Actor en 2015. Pero conseguirlo no fue fácil, el británico de entonces 32 años pasó por un complejo proceso.

Redmayne pasó cuatro meses estudiando la vida de Hawking, “un proceso que requería mucha investigación, era como escribir una tesis doctoral”, contó a Variety.
Dado que el papel requería que Redmayne interpretara a Hawking en diferentes edades de su vida y etapas de su enfermedad, el actor vio todos los documentales y videos de YouTube que pudo encontrar sobre el físico. Incluso el actor empezó a trabajar con un profesor de física en el Imperial College de Londres que le explicó conceptos de forma más sencilla.




Redmayne también trabajó con una coreógrafa, Alexandra Reynolds, durante cuatro horas al día. “Pusimos lo que sabíamos en tomar un bolígrafo, beber, caminar, existir”, dijo Reynolds a Variety, y agregó que filmaron al actor y luego estudiaban las imágenes.
Para comprender mejor la enfermedad de Hawking, Eddie Redmayne visitó una clínica de neurología en Londres cada dos semanas, donde habló con más de 30 pacientes.
Redmayne recopiló sus hallazgos en una hoja de papel que llevó consigo a todas partes durante el rodaje. “Fue como la Carta Magna. Se convirtió en el documento más importante más allá del guión”, contó el director de la película, James Marsh a Variety.




La transformación física de Redmayne se volvió más intensa cuando interpretó a Hawking durante los últimos años de su vida. Marsh dijo que Redmayne estaba “realmente sufriendo, pero nunca se quejó” cuando fue obligado a sentarse en una silla de ruedas durante horas con las piernas cruzadas y la cabeza inclinada, una posición que le dificultaba respirar.
Usaron orejas protésicas grandes para hacer que Redmayne pareciera más pequeño y viejo. Redmayne se tomó muy en serio cada detalle, hasta las uñas.




“Me enteré cuando (Hawking) tenía 21 años que decidió dejarse crecer las uñas como un acto de desafío”, dijo Redmayne a E! Online. Entonces él también se dejó las uñas largas durante la filmación a pesar que en solo un par de tomas de distinguen.




Al final, los intensos preparativos físicos y mentales dieron sus frutos para Redmayne. Después de que Hawking vio la película por primera vez, se conmovió hasta las lágrimas.