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Germán Cano, un goleador que muchos recuerdan por su paso por la Liga MX, llegó al punto más alto de su carrera este fin de semana, al ganar la Copa Libertadores, su trofeo más importante hasta el momento.
El exjugador de los Tuzos de Pachuca y el Club León vivió una temporada de ensueño con el Fluminense, ya que, a sus 35 años, se consolidó como el máximo romperredes de la edición 2023 de la Copa Libertadores, anotó un gol de oro para su equipo, ya que forzó la prórroga y lo encaminó a la victoria, además de ayudar a su equipo a levantar el trofeo por primera vez en su historia.
Vale mencionar que, a pesar de su talento, al artillero le cuesta trabajo ganar títulos y hasta este fin de semana solo había obtenido algunos campeonatos regionales en Brasil y una Copa de Colombia con el Independiente de Medellín.
Pero esta fue su temporada. A poco menos de cumplir los 36 años, el futbolista argentino naturalizado colombiano consiguió el sueño de levantar la Libertadores de una manera increíble: anotando un golazo y acumulando 13 goles en el certamen.
La marca del delantero no es un logro menor, ya que anotó casi el doble que el segundo lugar en la tabla de goleo individual: Paulinho, quien acumuló 7 dianas y fue el segundo mejor de la historia en una campaña, solo debajo de Luizao, quien metió 14 en el 2000 con Corinthians.
Germán Cano en la Liga MX
“El Depredador” llegó a México en el 2015 para reforzar a los Tuzos, traía números impresionantes de Colombia, luego de militar en el Independiente de Medellín durante 3 años y sumar 54 goles.
Llegó con bombo y platillo como el “killer” del área que es; sin embargo, en Pachuca no rindió lo que se esperaba y fue cedido al León después de una temporada en la que solo marcó 5 goles.
Posteriormente, con el conjunto esmeralda estuvo año y medio, tiempo en el cual su productividad aumentó, consiguiendo 15 dianas.
Después de esto volvió a los Tuzos para un segundo intento, pero resultó peor que el primero y solo sacudió las redes en tres ocasiones.
Luego de esto concluyó su andar por México y volvió a Colombia, donde nuevamente la rompió con 75 goles en dos años, mismos que le valieron un pasaporte para el fútbol brasileño, uno de los más competitivos de Sudamérica.
Allí, firmó con el Vasco da Gama donde sumó 43 tantos, aunque, a pesar de eso, el equipo descendió y el jugador volvió a primera división poco después con el Fluminense, club con el que ha marcado 81 goles en dos años y donde está viviendo el clímax de su carrera a la mitad de sus treintas.
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