
#Hombre #renuncia #empleo #para #adoptar #dos #tigres #cuidarlos #encontrarles #refugio #Los #salvó
Bradley Walker Botten renunció a su empleo decidió adoptar a dos cachorros, renunciar a su empleo y dedicarse a atenderlos a tiempo completo. Con el apoyo de su familia, no solo lograron cuidarlos, sino también verlos crecer.
Tener mascotas es toda una responsabilidad, el tener que alimentarlas, jugar, sacarlas a pasear, asearlas, es prácticamente como tener un hijo. Si bien es algo muy común el tener un acompañante en casa, increíble es cuando no se trata de un perro o gato corriente, sino de animales extravagantes como un tigre… o mejor dicho dos.

Bradley Walker Botten es un hombre de 43 años cuya vida cambió para siempre cuando tomo una alocada idea. Resulta que el santuario de animales cerca de su casa iba a cerrar las puertas obligando a tener que reubicar a los animales en distintos recintos, una tarea complicada considerando que debían hallarles un hogar a todos.
Fue entonces que Bradley apareció para darle la oportunidad a dos cachorros tigre de que vivieran con él en su casa. En aquel entonces trabajaba a tiempo completo como encargado de soporte técnico, teniendo que renunciar para hacerse cargo de los felinos.




Cuidar a dos cachorros tigre no es tarea fácil, por lo que requería de alguien que los mantuviera en vigilancia todo el tiempo. Bradley, siendo esposo y padre logró conseguir el apoyo de su familia para lo que parecía una total locura. El hombre de 43 años aseguró que sería temporal, una promesa que duró un buen tiempo, pues no sería fácil encontrarles un nuevo refugio.
Fue así que Bradley se dedicó a ser padre a doble tiempo, con sus hijos y sus cachorros. Los alimentó, educó e incluso entrenó para que fueran todo un ejemplo de buen comportamiento y no molestaran a los vecinos. Les construyó además un espacio lo suficientemente grande para que se pudieran mover, instalando algunas estructuras que los mantuvieran activos.




La familia fue grabando el proceso de crecimiento de los cachorros hasta que se convirtieron en verdaderos tigres. Les bautizaron como Blue y Cleopatra, son verdaderos amigos entre ellos.
Pero en algún momento debían abandonar el nido, Blue y Cleopatra consiguieron un recinto que se convertiría en su nuevo hogar, acondicionado a sus necesidades de especie en el que Bradley tiene seguro que serán bien cuidados. Como padre adoptivo, el hombre de 43 años puede ir a visitarlos cuando quiere y los felinos se alegran cada vez que vuelven a verlo, no olvidando jamás el vínculo que los une como verdadera familia.