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La pandemia por coronavirus nos llegó a todos de golpe y sin esperarlo mucho, comenzó a tomar un vuelo realmente intenso y rápido donde, solo en cuestión de días, muchos países se veían enfrentados a cuarentenas obligatorias y vivir la vida dentro de casa para cuidarnos. Pero claro, a pesar de que eso suene muy 2020, hay costumbres del confinamiento que no se pierden y una de ellas la afición por la cocina.
Cuando comenzó todo esto, las tiendas comenzaron a cerrar sus puertas y era bastante difícil ir siempre que queríamos a comprar todos esos alimentos que antes estábamos acostumbrados. Además el desabastecimiento se hizo notar en muchos lugares y es que la incertidumbre por lo que venía, siempre hace comprar de más.
Con ese escenario, las personas entendieron que desde casa también podían preparar esas delicias que compran siempre, y mejor aún, totalmente casera. Una de ellas —y una de las frases más buscadas en Google el pasado año— fue el concepto de “pan casero”.

Las recetas, videos y recomendaciones por internet pasaban de un lado para el otro, se compartían en redes sociales e incluso los cocineros vieron la oportunidad de seguir ayudando a sus seguidores a incursionar en el arte del pan casero.
Tanto fue el revuelo por la necesidad de las personas de saber hacer su propio pan en casa que el suplemento gastronómico de The Washington Post, Voraciously, dedicó una edición a la obsesión panadera del mundo. Más allá del obvio “pan-demia”, muchos aseguraron un real consumo de productos para hacer pan en el mercado.

De hecho, en comercios de Francia y España comenzaron a notificar escasez de paquetes de harina y levadura de panadería debido al aumento de personas que incursionaron en el arte de la gastronomía y sobre todo, de la panadería.
¿Que sucederá el 2021? Con una segunda ola de contagios ya firme en el hemisferio norte y amenazando al sur del mundo, lo cierto es que la gente ha vuelto a los esenciales de la cocina y es que, según la psicóloga Sara Villoria, tener la mente concentrada en distintas actividades puede ayudarnos a “transitar mejor este estado de alarma”.

Por eso, cocinar, hacer deporte, tocar un instrumento, hacer manualidades o, en este caso, amasar y hornear pan resulta beneficioso y nos ayuda a pasar de forma más agradable el confinamiento que posiblemente tengamos que volver a vivir en muchas regiones del mundo.