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“No diría que siempre tienes que pedir abrazos y besos, pero si un niño se aleja físicamente, muestra que no se siente cómodo o dice: ‘No, no quiero’, entonces debes escucharlo”, agregó Emma Amoscato.
Es cierto que cada padre y madre tiene una dinámica propia al momento de hacerse cargo de la crianza de sus hijos. Y es que éstos son quienes le traspasan ciertos valores, estilos de vida, educación, entre otras cosas.
Es por eso que algunas costumbres que antes podían ser comunes, con el pasar del tiempo se van cuestionando cada vez más. Una de estas tiene que ver con el contacto que tienen los hijos hacia adultos, tanto los cercanos como los que no lo son.
Sobre este tema Emma Amoscato, una madre de Reino Unido, quizo entregar su opinión a través de un artículo en el medio Newsweek que ha sido muy comentado.
En su columna de opinión la madre explica que desde que era pequeña nunca recuerda que le hayan puesto “límites“. De hecho, ella cree que todos asumían que podían tocar, abrazar o besar a los niños de otras personas sin preguntarles a ellos.
Para ejemplificar usó a su hijo James, quien ahora tiene 9 años, pero que cuando era pequeño era muy apegado a ella. A pesar de eso, notó que “otras personas querían abrazarlo y él parecía muy firme en que no quería hacer eso“, lo que empujaba a las otras personas a criticarla porque el niño “necesitaba aprender a estar cerca de otras personas” y que ella tenía que “obligarlo“.
Sobre esa premisa, Emma explica que ella pensó que era incómodo que otras personas forzaran a los niños a ser abrazados o besados. “Comencé a preguntarme por qué lo estaba obligando (…) En ese momento, creo que la conversación sobre el consentimiento del niño o lo que necesita un niño era más frecuente“.
Así, la madre comenzó a ser más directa con esas personas y a decirles que él no quería o que “no se sentía cómodo con eso“.
Junto a su esposo conversaron esta situación, al igual que el caso de su hija menor, Amalia, y acordaron que no obligarán a que sus hijos besen o abracen a otros adultos. “Se trata de que expresen sus necesidades y límites y no tengan miedo de decirle a un adulto ‘no estoy de acuerdo con eso’, porque saben que nosotros los respaldaremos“, agregó.
Ella contó que sus familiares se han sabido adaptar a estas nuevas reglas y que la mayoría de la gente nunca lo ha cuestionado. Sin embargo, existen personas a las que han tenido que repetirles lo mismo “una y otra vez“.
“Incluso con los adultos la palabra ‘límites’ puede parecer difícil (…) Cuanto más podamos alentar a nuestros hijos a hacer eso desde una edad temprana, se volverá normal. Les está enseñando a abogar por sí mismos“, aseveró la madre.
La madre concluyó su artículo explicando que los padres deberían escuchar y respetar las opiniones de los niños, sobre todo cuando se trata de sus propios cuerpos, de su autonomía y de sus sentimientos.