OpiniónEstatal
Encerrado en su propio mundo, el alcalde de Ahome, Guillermo “Billy” Chapman, no escucha a nadie tras la sentencia del Tribunal Electoral del Estado de Sinaloa, que lo encontró responsable de violencia política en razón de género en contra de la síndica procuradora Angelina Valenzuela Benites.
A la exigencia de los sectores de la sociedad sinaloense y de la Cámara de Senadores, quien lo exhortó a cumplir con la sentencia, entre lo que se encuentra darle una disculpa pública a Valenzuela Benites, Chapman optó por interponer el recurso de revisión para echar abajo la resolución. Es decir, el alcalde se resiste a acatar el mandato de los magistrados, que en forma unánime resolvieron la queja de la síndica procuradora. Al margen del tema legal, la mayoría de los ahomenses conoce cuál ha sido la conducta del alcalde en lo que va de su mandato en torno a la síndica procuradora y los sectores de la sociedad ahomense, lo que ha deteriorado su imagen.
Para muchos, su postura de enfrentamiento es, por un lado, evitar que la síndica procuradora actúe en su contra y sus funcionarios cuando encuentre irregularidades, y, por el otro, culpar a otros de su ineficacia e incapacidad para resolver los problemas en el municipio. De mal en peor.